jueves, 3 de marzo de 2011

La :D

Todo comenzó a partir de una sugerencia. Un alumno inquieto y avispado me comentó al final de la primera evaluación: «¿Sabes que podríamos hacer, profe? Leer teatro.»

Sé que les gusta, así que decidí programar un proyecto literario (secuencia didáctica) que aunara poesía y teatro. Hasta ahora, el desarrollo informal e “improvisado” (a partir de ahora tengo que programarlo mejor) que ha seguido ha sido el siguiente:

1º Los alumnos leyeron una antología poética La rosa de los vientos y contestaron a una guía de lectura, basada en los ejercicios que proponía la misma antología. El trabajo no fue muy fructífero: pocos alumnos la entregaron y quienes lo hicieron, no supieron profundizar ellos solos en el significado de los poemas. Así que se imponía un nuevo tratamiento en el aula de la lectura de los poemas. Ya me lo comentaron en su momento Toni de la Torre y Antonio Solano.

2º En una primera sesión, después de haber entregado la guía de lectura, nos acercamos a la realidad del teatro y de la poesía. Comparamos ambos géneros en la pizarra, a través de una lluvia de ideas sobre los elementos que formaban parte de cada uno de los géneros y sus características. “¿Qué es necesario para que exista teatro? ¿Qué es lo importante en la poesía? Cuando vais al teatro, ¿con qué os encontráis? ¿Habéis acudido alguna vez a un recital poético? ¿Habéis visto representada alguna obra de teatro? Etc.” Así íbamos diferenciando los dos géneros, y además, los dos aspectos dentro de la obra dramática: elementos del texto y elementos del espectáculo.

La verdad es que los chicos supieron extraer muchos elementos (ya no me quedaba hueco en la pizarra para anotarlos). La cosa quedó ahí, algo aparcada, pero la primera reflexión ya estaba hecha (estábamos en camino); así que retomamos el asunto en sesiones posteriores.

3º Empujada por el ánimo que me insufló Miguel Gil Casado a través del twitter, y animada por el ejemplo de los chicos de 2º primaria que forman la compañía de ópera El Espacio, pensé: «¿Y los míos de 2º ESO no serán capaces de hacerlo también, o algo similar?» Así que reinicié el tema teatro el lunes 28 de febrero.

De entrada, cambiamos la disposición de las mesas y las sillas en el aula, y las colocamos en forma de U, para que propiciara el diálogo y el debate entre nosotros.

Les planteé que todo lo iban a hacer ellos con mi ayuda, pero que las decisiones las tomarían ellos, de forma democrática. Íbamos a formar una compañía de teatro y como tal necesitábamos un nombre. A ello dedicamos el primer día, en que nos constituimos como compañía de teatro con un nombre provisional “Chakili Company” No todos estaban de acuerdo, así que en la sesión siguiente, cambió el nombre. Dos días nos costó ponernos de acuerdo, pero lo conseguimos.

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